Lisboa engloba lo mejor de la esencia portuguesa: decadente, colonial, ibérica...Una ciudad a la que el escritor Pessoa supo captar su esencia y nos enseñó una forma especial de amarla. No fue el único, luego vinieron Saramago o Lobo Antunes.

En este viaje haremos un recorridos por sus jardines botánicos -marcados siempre por esa presencia invisible de Ultramar y por la especies exóticas que de ahí iban llegando- el maravilloso palacio de Fronteira, el palacio real de Queluz, las quintas ajardinadas de Sintra, el esplendor de los monasterios de Alcobaça y Tomar, el encantador pueblo amurallado de Óbidos y la fabulosa colección de arte y los jardines de la fundación Gulbenkian.

También tendremos tiempo para explorar las otras maravillas que nos ofrece la capital de Portugal como el barrio de Alfama y el castillo que lo corona, o simplemente para pasear a orillas de ese inmenso río Tajo que se abraza al Atlántico.