Multitud de civilizaciones han pasado por estas tierras y han ido dejando sus correspondientes huellas en la cultura y en el paisaje. Tierra inhóspita, seca y dura, sigue siendo la gran desconocida de las tierras andaluzas, pero posee el encanto de la belleza simple despojada de superfluos adornos.

Almería capital es una pequeña ciudad presidida por una majestuosa alcazaba, fruto del devenir de la historia y de las superposiciones de las culturas cristianas y musulmanas. Su pequeño casco antiguo nos permite pasear sin prisa encontrando plazas donde señorean iglesias, conventos, viejos palacios...

Los “mares de plástico” son estos nuevos paisajes que los cultivos en invernadero han ido haciendo aparecer en las últimas décadas y que se van superponiendo al árido terreno. Muy cerca está el Cabo de Gata, un conjunto de playas, sistemas dunares, salinas, sierras, acantilados, diminutos pueblos de pescadores, antiguos cortijos de ecos literarios... un conjunto considerado Reserva de la Biosfera donde el tiempo aún parece detenido.