Holanda se viste de colores con la llegada de la primavera, en forma de bulbos y sobre todo de tulipanes. Aunque su origen se sitúa en Oriente, rápidamente se naturalizó por toda Europa y Ámsterdam se convirtió en su capital, originando una “tulipanomanía” famosa por la locura que desató la posesión de ejemplares raros. La ciudad de los canales será nuestra base para explorar algunos rincones del país y unos cuantos jardines, entre ellos el famoso Keuenkenhof, que estará en plena floración bulbácea. Además, visitaremos Het Loo, la versión versallesca en los Países Bajos, algunas casas de campo con sus correspondientes jardines. El museo Króller-Müller y su jardín de esculturas situado en medio de un parque natural es un espacio de rabiosa modernidad donde podemos apreciar ese paisajismo holandés del siglo XX. Tendremos ocasión para explorar algunos lugares menos conocidos, a la vez que algo de tiempo libre para visitar algunos de los fabulosos museos y monumentos de Ámsterdam.
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