La isla de Mallorca tiene su personalidad muy marcada. Eso también pasa con sus jardines, herencia de la presencia árabe durante siglos y después de una tradición renacentista que llega de Italia por mar; sus “possesions” y “sones” (como Raixa, Alfabia...) son testigos de estas herencias.

En el siglo XIX, la figura del archiduque austriaco Luis Salvador, será clave en la conservación de numerosas fincas de la costa de Valldemosa; de ellas conoceremos Miramar y Son Marroig, dos lugares llenos de romanticismo, donde, respetando el hermoso paisaje, incorporó elementos de la gran historia del jardín.

Tendremos el privilegio de conocer algunos lugares privados donde se siguen creando jardines y conservando la naturaleza como la fundación Jakober y el jardín de la mítica Heidi Gildemeister. Así mismo también tendremos tiempo para pasear por la ciudad de Palma y los encantadores pueblos de Sóller y Alcúdia.